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Apr 05, 2024

Hecho a mano en metal, este modelo RC es casi tan hermoso como el real.

arcoiris predeterminado

Un Ferrari con estructura tubular es realmente especial, al igual que este Ferrari 250 GTO radiocontrolado y construido íntegramente a mano. La construcción es obra de un usuario conocido como Liumutou en el sitio de videos chino Bilibili. En un vídeo publicado nuevamente en YouTube, podemos ver de cerca su excelente trabajo.

Armado con un soldador por puntos que normalmente se usa para soldar paquetes de baterías, se dedica a producir un chasis con estructura de tubo apto para un auto de carreras de pura sangre italiano, aunque a menor escala.

El chasis terminado tiene una columna vertebral que recuerda al "Power Plant Frame" del Mazda Miata original, suspensión funcional y un sistema de escape completo con efectos de humo. La propulsión se realiza gracias a un motor eléctrico instalado en la parte delantera, que acciona las ruedas traseras mediante un diferencial.

La carrocería es quizás la parte más impresionante de la construcción. Los métodos de construcción, elaborados a partir de finas láminas de metal, son los habituales a mediados del siglo XX. Cizallas y martillos se combinan para crear las elegantes curvas del automóvil. El soldador por puntos se vuelve a poner en servicio para unir los paneles. Luego se utilizan cantidades prudentes de soldadura para cubrir las diversas hendiduras y cortes en la lámina de metal, imitando las técnicas de "trineo de plomo" utilizadas por los hotrodders del pasado. Se utiliza mucho lijado y limado y una capa de masilla para carrocería normal para alisar la superficie antes de pintar.

La construcción tiene un acabado en un rojo intenso y glorioso, como corresponde a un Ferrari clásico. A partir de ahí, los detalles finales son los que realmente llevan la construcción al límite. Las rejillas de ventilación, las ventanas y las insignias de los guardabarros con la apariencia del original son de gran ayuda, al igual que las pequeñas réplicas de los limpiaparabrisas y los amarres del capó. Quizás la mayor hazaña son los faros, con lentes que realmente parecen sacados de la década de 1960, con cubiertas aerodinámicas intactas.

Un buen modelo es una cosa, pero éste también es funcional. Dirige y conduce, con faros delanteros, luces traseras e indicadores que también funcionan. Los detalles también parecen auténticos, y las luces tienen una calidad realista, en lugar de parecer LED demasiado brillantes en un juguete barato.

Una cosa es pintar una bonita carrocería de plástico para un coche RC disponible en el mercado. Otra cosa completamente distinta es construir uno desde cero, y mucho menos con un chasis con estructura de tubo que imita los autos de carreras de antaño. El resultado es una obra de arte automotriz y un testimonio de la gran habilidad del constructor.

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